lunes, 10 de noviembre de 2008

William Crookes


William Crookes(Londres, 1832 - 1919) Físico y químico inglés. Descubrió el elemento químico talio y fue un incansable e imaginativo inventor. Su tubo de descarga de rayos catódicos formó parte de todos los laboratorios experimentales y permitió descubrir el electrón y el efecto fotoeléctrico.
William Crookes fue el mayor de los diecisiete hijos de un sastre londinense. Estudió en su juventud en el Royal College of Chemistry. Su primer trabajo fue como ayudante de Hofmann. En 1854 entró como ayudante en el observatorio de Oxford, y un año más tarde ganó la cátedra de química de la Universidad de Chester. Tras ejercer de maestro, una sustanciosa herencia recibida le permitió abrir su propio laboratorio de investigación en Londres y editar la influyente Chemical News entre 1859 y 1906.
En 1861, examinando el espectro de emisión de un fragmento de selenio en bruto, observó una línea brillante, nueva, que le llevó a aislar un nuevo elemento químico, el talio, y a examinar sus propiedades químicas. Con este fin construyó el radiómetro que lleva su nombre, una modificación de radiómetro de Hittorf, que consta de unas aspas con cuatro aletas muy ligeras, con sus lados de color negro, insertas en una ampolla de cristal con un gas a baja presión en su interior. En presencia de energía radiante, las aspas se mueven. Este aparato confirmó la teoría cinética de los gases. Llegó a afirmar en 1879 la existencia de un nuevo estado de la materia, que llamó materia radiante, lo que le valió un premio de la Academia de Ciencias de Francia dotado de medalla conmemorativa y la suma de 3.000 francos. Este premio le permitió convertirse en Académico del Instituto de Ciencias de Francia.
En un artículo en “Fortnightly Review”, en febrero de 1892, Crookes indica la posibilidad de adaptar todas las experiencias habidas hasta entonces para la transmisión de información. Recalca que las ondas, de acuerdo con su longitud, pueden atravesar cualquier tipo de medio y hacen inútiles los postes y los hilos usados en telegrafía. Mediante un enfoque de la radiación, hacia el receptor, puede hacerse que la señal no sea captada por otros. Y si emisor y receptor se mueven, podrían comunicarse mediante una determinada frecuencia que sólo ellos conocieran. Una idea similar, es planteada por el Prof. R. Threlfall, en Sydney.